Carta José Mansilla

Señores Consejeros:
Profundamente dolido y asqueado, quiero aprovechar el envío del primer directorio del VI mandato  para expresar  a todos mi más profunda indignación por lo que ha sucedido en el pleno y por la infame manipulación de lo acontecido, vía medios de información.
Es curioso, pero analizando tiempo y situaciones, recuerdo que como no entendí ni sabía a qué venían las disculpas que realizó  D. José Manuel Castelao Bragaña en el pleno, pregunté a mis compañeros de mesa (Bélgica y Brasil) de qué venía la mano. No supieron  contestarme. Posteriormente, en el aeropuerto, a las seis de la mañana del 3 de octubre,  por pura casualidad me enteré de que iba el asunto. Me pareció lo que, posiblemente, pareció  a todo el mundo: un solemne disparate, un problema más de incontinencia verbal de D. José Manuel y una estupidez elevada a la enésima potencia. Lo que sí me resultó extraño es que no se pidiera públicamente su renuncia en el plenario, la fiel infantería de la oposición no descargara toda la artillería y los de vocación exhibicionista no expusieran sus solemnes galas retóricas.
Como no aconteció nada de nada y, al parecer, todo fue gastar pólvora en gallinazos, quién iba a suponer que recién llegado a Bolivia, después de treinta horas de viaje, se desencadenara el diluvio y medio mundo se dedicara a rasgarse las vestiduras y a crucificar a José Manuel Bragaña. Ahora podemos estar tranquilos, se ha salvado el honor y hemos puesto en la hoguera al desalmado. Honestamente, me parece inmoral e injusto.
Muchos de ustedes saben que no voté por él en la elección de presidente, y no voté por él porque estoy harto de que me impongan personajes y personajillos políticos, comisiones temporarias y permanentes y  pretendan que sea parte de la incombustible elite de aplaudidores que se estila en estas instancias. Nunca quise que me convirtieran en uno de los que irresponsable e irreflexivamente obedecen “la voz de su amo” (¡qué tiempos de gramófonos y discos!).
Me importa un rábano que alguien se moleste, pero las divisiones internas que se estaban destilando en cierto partido político  saltaban a la vista y eran pronóstico de que la lucha por el poder  podría acabar en sangre. En los otros bandos, sobre el terreno político de las elecciones gallegas, vascas y catalanas, sobrevolaban las aves del poder perdido intentando saciar su hambre de victorias, aunque fueran mínimas. ¿Los emigrantes, sus problemas e intereses? Bien gracias.
No voy a disculpar la metedura de pata de Castelao Bragaña ni  a minimizar la importancia de los disparates que, a veces, suele cometer  (lo he visto demasiado tenso y descontrolado), pero quiero ser respetuoso con uno de los hombres que más ha hecho por la emigración y romper una lanza en defensa de una persona que considero inteligente; de ahí mi enorme  extrañeza por la frase de marras.
¿Dónde están sus amigos, sus compañeros de partido, los que tanto aplaudían en el consejo y fuera de él? ¿Dónde están los oponentes caballerosos? ¿Dónde está la prensa de las entradas bajo palio y el guión escrito? Hasta ahora… por ningún lado. Eso sí, ya tenemos a la vista  y sadismo del público un impresionante reality show político en donde se va a descuartizar, en vivo (nunca mejor dicho) y en directo, la honra y fama de una persona. No importa lo que haya trabajado y conseguido por los españoles en exilio político o económico, no importa la nobleza con la que ha tratado a sus opositores políticos, no sirvieron de nada los empujoncitos con los que ha colocado en las alturas a ciertos colegas de partido, ahora tenemos la víctima propiciatoria para arañar votos en las autonómicas, ascendencia en el partido y victorias pírricas en la oposición.  
¿Qué se ha ganado? Absolutamente nada, quizás el estar por única vez en los periódicos de circulación nacional; de otro modo nunca estaríamos (que hablen, aunque hablen mal). He estado leyendo  comentarios y amén de descuartizar a Castelao, somos el hazmerreir generalizado.
Por mi parte: ¡Gracias a los que ocultaron la noticia en el pleno y la lanzaron a los cuatro vientos, con ello salvaron los principios fundamentales de la igualdad! ¡Loor y gloria a los paladines!
¡Anda ya!
Un abrazo:
José Mansilla
Consejero por Bolivia