Manuel Luis Rodríguez González finalizó sus funciones como consejero de Empleo en el país

“Las políticas sociales no son dádivas del Estado”

“Las políticas sociales no son dádivas del Estado”
El nuevo embajador de España, Antonio Pérez-Hernández y Torra, y Manuel Luis Rodríguez.

Durante tres años Manuel Luis Rodríguez González ocupó la Consejería de Trabajo e Inmigración, ahora llamada Consejería de Empleo y Seguridad Social, con funciones en Venezuela, Colombia y República Dominicana.
Tres años de trabajo le permiten dar una valoración sobre el país y las actividades de la Consejería. “La valoración personal y de experiencia que significa para una persona poder llevar la representación de un ministerio en el exterior es fantástica, es un enriquecimiento personal que estar tres años conviviendo con la comunidad española, con los venezolanos también, en Colombia y República Dominicana, es algo que no se puede medir, creo que supera todas las expectativas. Para el desarrollo personal es algo muy difícil de calificar, es insuperable”.
En cuanto al desempeño en la Consejería de Empleo comentó: “Hemos logrado los objetivos que nos planteamos, es cierto que pudo quedar algo en el tintero. Yo recuerdo las primeras declaraciones que se hicieron a nivel oficial, habíamos hablado de instalar un servicio de asistencia para todos los mayores que estuviesen solos en el domicilio, pero no se pudo debido a la crisis económica, no hubo ningún otro factor, no tuvimos capacidad económica para desarrollar ese proyecto en el que estaban de acuerdo el Ministerio y las autoridades”.
El servicio prestado por la Consejería ha sido bueno según su opinión: “Sin más calificativos, hemos prestado servicios sobre todo centrados en las personas, en sus necesidades y procurando acercar la Administración a los ciudadanos, lo que es difícil en un país tan grande como Venezuela. Con ayuda de la red consular, los consulados honorarios en todo el país, creo que hemos logrado un buen nivel de comunicación”, aseguró.
En cuanto a la asistencia: “La asistencia sanitaria que prestamos a los beneficiarios de la prestación por ancianidad cubre ya el 100 por ciento del país, quedan algunos detalles, pero por lo menos la cobertura está ya implantada. Mantuvimos e incluso sacamos del entorno exclusivo de Caracas la atención a la dependencia, fuimos capaces de atender en tres años localidades cercanas al entorno metropolitano como lo son Guarenas, Guatire, San Antonio de los Altys y Los Teques en el estado Miranda; el estado Vargas, y El Junquito, con lo cual externalizamos el servicio. Los centros de día y la atención social quedó perfectamente cubierta y a partir de allí modernizar ciertos aspectos del funcionamiento de la oficina que creo se ha logrado”.
Para el consejero de empleo saliente, “la intención fue siempre acercar la Administración a la colectividad española y si nos cuesta dinero lo hacemos, por ejemplo dentro de poco comenzará el proceso con las fe de vida y si hay que gastar en teléfono se gasta, pero hasta que todo el mundo no esté avisado y ha llegado el recado no nos detenemos”, recalcó.
El ciclo de un funcionario en este cargo suele ser de tres a cinco años, “he cubierto mi ciclo, el cambio es natural, tuvimos un cambio de Gobierno en España que lleva implícito que se muevan algunos puestos de responsabilidad. Hay que aceptarlo de forma profesional, sobre todo porque uno es un profesional de la función pública y son etapas de la vida que tienen caducidad”.
A su sucesor en el cargo le deseó suerte. “Y el recado es centrarse en la ciudadanía española, sobre todo en la que tiene mayores problemas, por supuesto atender a todos, pero priorizar a aquellos a los que la fortuna no le sonrió”, aconsejó.
En cuanto a las cifras de pensionistas, ayudas especiales y viajes comentó que “el segundo trimestre va a cerrar con números redondos porque siempre hay fluctuaciones por fallecimientos y traslados a España, pero hoy estamos en torno a unas 4.500 personas que van a recibir la prestación por necesidad, incluimos ‘niños de la guerra’ y gente menor de los 65 años pero que padecen alguna discapacidad, se mantienen valores muy parecidos a 2011. Lo normal es que baje en los próximos años porque para tener estas prestaciones tienes que haber nacido en España y la emigración se acabó hace unas cuantas décadas, no es de esperar muchas incorporaciones”, enumeró.
La Consejería de Empleo y Seguridad Social también prestó ayudas extraordinarias, “sobre 120 personas que recibieron en promedio el equivalente en bolívares de 700 dólares. El 90 por ciento de estas ayudas individuales que son de carácter anual, pertenecen al ámbito de salud. Enfermedades serias y medicamentos costosos”, agregó.
Algunos mayores pudieron disfrutar de los viajes del Imserso, “aproximadamente 450 personas y esto corresponde al ejercicio presupuestado de 2011”.
Los niños y jóvenes becados fueron alrededor de 700, “las ayudas van desde educación privada hasta educación universitaria”. Para jóvenes y emprendedores también se realizaron cursos en la capital y el interior del país, “fue preferente para esta Consejería animar a instituciones para que realizaran cursos que fundamentalmente son para inserción laboral de jóvenes y mujeres”.
Uno de los cursos más destacables se realizó “en el ámbito de Caracas, un curso de muy alta calificación profesional, con prácticas”. Sumando la capacitación de las cuidadoras de la Fundación Española de Emigrantes Dependientes (FEDED), “unas 150 personas circularon por estos planes de formación”, explicó.
Rodríguez González visitó una gran parte del país; “pido disculpas a localidades a las que no pudimos asistir. Fundamentalmente fueron visitas de promoción de programas, acompañando a la gente durante la realización de las fe de vida y luego visitar los Centros tanto de origen regional, gallegos, canarios, asturianos, como los globales”.
El consejero saliente califica la relación con los Centros como excelente, “no hubo distinción de ningún tipo, a donde nos invitaron acudimos y la receptividad fue magnífica. Yo quiero romper una lanza a favor de los centros y asociaciones españolas, sobre todo las que están en el interior del país, porque son colaboradores excelentes de las instituciones españolas como el Consulado General y esta Consejería de Empleo”.
Para el funcionario los Centros españoles son “unidades básicas de funcionamiento, debe reconocerse la función que cumplen, creo que desde España debería continuarse con una línea de ayuda porque las cosas están mal, los socios disminuyen, pero el servicio que prestan sigue siendo vital”.
En cuanto a Venezuela comentó: “Me gusta la inmensa diversidad geográfica, inmensa diversidad de fauna y flora, su riqueza a nivel del suelo y del subsuelo, esperamos que se sepa aprovechar los recursos para una mejor calidad de vida de los ciudadanos, para todos los que viven en este país”.
El consejero no tendría problemas para instarse en Iberoamérica, “sin duda volvería, claro hay que descansar un poco, atender a la familia que está en España pero si podría volver. Es una experiencia enriquecedora de gran calibre, los buenos trenes pasan muy pocas veces en la vida y hay que saber aprovecharlos”, aconsejó.
El funcionario saliente comentó, al personal de la Consejería, “si logré transmitirles algo que consideren que fue positivo, si lo logré que lo aprovechen y lo desarrollen. Uno debe tomar las cosas positivas aprendidas e incorporarlas en la vida porque probablemente mejores en algo”.
Al colectivo español les pidió recordar que “las cosas no siempre vienen fácil, hay que estar dispuestos siempre a reivindicar, lo que no funciona bien hay que procurar que funcione bien. Las políticas sociales no son dádivas del Estado, normalmente van vinculadas a conquistas y reclamaciones colectivas, por tanto hay que mantener siempre un espíritu de lucha. Siempre hay que procurar superar, en un quinquenio tenemos que superar al quinquenio anterior, porque así es como conseguimos el Estado del Bienestar”.
Explicó que el Estado del bienestar “no figura en los textos antiguos, ni en revelaciones, es una conquista social, no debemos dejar que Europa en su conjunto, y España en particular, baje los estándares de protección del Estado a los ciudadanos”. Pero así como el ciudadano tiene sus derechos, “debe comprometerse también con la sociedad que lo ampara y aportar lo necesario para una distribución justa y equitativa”, concluyó Rodríguez González.