EL HOGAR CANARIO VENEZOLANO DE CARACAS SE VISTIó DE GALA PARA RECIBIR A LOS DEVOTOS

La comunidad canaria se congregó para rendir tributo a la Virgen del Pino

El Hogar Canario Venezolano de Caracas (HCV) se vistió de gala, el domingo 8 de septiembre,  para recibir a los devotos de la Virgen del Pino, patrona de la isla de Gran Canaria (Tamarán en guanche). Entre música y tambores, acompañados de las tradicionales Danzas Herreñas de ‘El Garoé’, comenzó el acto en homenaje de Nuestra Señora de Teror.

La comunidad canaria se congregó para rendir tributo a la Virgen del Pino
Los bailarines de las Danzas Herreñas ‘El Garoé’ acompañan a la Virgen al oratorio.

El Hogar Canario Venezolano de Caracas (HCV) se vistió de gala, el domingo 8 de septiembre,  para recibir a los devotos de la Virgen del Pino, patrona de la isla de Gran Canaria (Tamarán en guanche). Entre música y tambores, acompañados de las tradicionales Danzas Herreñas de ‘El Garoé’, comenzó el acto en homenaje de Nuestra Señora de Teror.
El oratorio del HCV fue el punto de partida de la procesión, en la que trasladaron a la Virgen del Pino, en hombros de varios feligreses, hasta el ‘Salón Principal’ de la entidad, donde se encontraban personas provenientes de diversos lugares cercanos a la  capital para conmemorar su día.
“¡La casa estaba llena!”, comentó la presidenta de la Asociación Civil Hijos y Amigos Virgen del Pino, Concepción (Conchi) Amador Ramos, quien estuvo acompañada de personalidades como el consejero de Asuntos Culturales de la Embajada de España, Moisés Morera Martín; el delegado del Gobierno de Canarias en Venezuela, Jacinto Pérez Acosta y de Gastón Cudemus.
También se dieron cita bajo el techo del Hogar Canario Venezolano su presidente, Javier Medina Padrón, en compañía de su Junta Directiva, además de los delegados del Club Unión Canaria de Macuto (Vargas), de la Asociación Nuestra Señora de Candelaria de Cagua (Aragua) y de las diferentes asociaciones canarias con sede en Caracas, para rendir tributo a la Virgen.
Antes de dar inicio a la misa, los representantes de la Asociación Civil Hijos y Amigos Virgen del Pino, organizadores del evento, presentaron a la Camarera Mayor, Mercedes Santana, y a la Romera, Laura Sánchez, para el período 2013-2014, igualmente la Virgen estuvo acompañada de la Señora de las Mantillas.
El padre Carlos Luis Suárez ofició la misa acompañado de la Rondalla Típica del HCV, que deleitó a los asistentes con cantos típicos de Gran Canaria. Como es costumbre, al final de la homilía  Juan Hernández, canarión, le cantó una malagueña a la Virgen del Pino.
Hubo una nutrida representación de los medios de comunicación canarios como ‘Balcón Canario’, ‘Presencia Canaria’, ‘Canarios en el Mundo’ y ‘Magazine Español’.
Al final de este hermoso evento, los asistentes acompañaron a los bailarines de las Danzas Herreñas de ‘El Garoé’ a realizar un recorrido por la entidad con la Virgen. El paseo culminó en el Oratorio, donde permanecerá hasta el próximo año, cuando cientos de creyentes se reúnan nuevamente para rendirle tributo.
Como antesala a esta celebración en honor a la Virgen, el primero de septiembre se realizó la tradicional misa cantada por la Rondalla Típica del Hogar Canario Venezolano en la Capilla Nuestra Señora del Pino, en Los Anaucos (estado Miranda). Juan Hernández deleitó a los asistentes con una hermosa malagueña dedicada a la Virgen. Posteriormente se llevó a cabo una procesión, el típico “tendido de manteles” acompañado de la tradicional parranda canaria, la cual culminó entrada la tarde.


Virgen del Pino
Nuestra Señora del Pino es una de las advocaciones marianas que representan a la Virgen María. Está situada en el camarín de la Basílica de Nuestra Señora del Pino en el municipio de Teror, en la isla de Gran Canaria, España. La virgen grancanaria, coronada canónicamente en 1905 y en 1914, fue declarada patrona principal de la Diócesis de Canarias (que engloba a la provincia de Las Palmas) por el Papa Pío X. Con motivo del primer centenario de su patronazgo sobre la diócesis bajará en acción de gracias a la ciudad de Las Palmas en el mes de mayo de 2014.
El momento de la aparición de la Virgen del Pino siempre ha estado envuelto en un halo de misterio, existiendo todo tipo de versiones, algunas más o menos piadosas y otras que quitan al asunto todo carácter sobrenatural y hasta dan referencias de la persona que se trajo la talla desde España. Sin embargo, la tradición popular cuenta cómo hacia el año 1481 la imagen de la Virgen María apareció de manera sobrenatural en lo alto de un pino situado en las inmediaciones donde años más tarde sería levantada la basílica que la alberga.
Los diferentes reconocimientos del pino de la aparición de la imagen de la Virgen estuvieron orientados a la comprobación de la tradición. El pino de la aparición, robusto y ejemplar autóctono, tuvo 41,75 metros de altura y 6,72 metros de circunferencia.
Sin embargo, la extraña lápida que sirvió de pedestal a la virgen, con huellas podomorfas grabadas en la piedra, sólo fue vista por los pocos que subieron al alto pino, ya que la misma desapareció al caer el árbol. Señala la tradición que la aparición tuvo lugar el 8 de septiembre de 1481, siendo venerada la imagen desde entonces, además de por unos pastores, por el propio Fray Juan de Frías, obispo de la entonces Diócesis de Canarias. De acuerdo con el relato tradicional, todo esto ocurría cuando se estaba culminando la conquista de Gran Canaria, que tuvo lugar entre 1478 y 1483.
El lugar de la aparición era un frondoso bosque que en el siglo XV se extendía por todo el centro y norte de la isla, que algunos historiadores sugieren que pueda ser un apéndice de la denominada ‘Selva de Doramas’. El pino en el que se apareció la imagen crecía en una zona conocida como ‘Aterura’, que en algunos escritos de la época aparece con las denominaciones ‘Terore’ o ‘Terori’ y que con el transcurso del tiempo quedaría fijado en la forma Teror que es la que ha llegado hasta nuestros días.
“Nuestros padres nos han dicho que dirigidos por un resplandor maravilloso la encontraron en la eminencia de un Pino, rodeada de tres hermosos dragos, de cuyas ramas se formaba una especie de nicho; que una lápida muy tersa le servía de peana y que del tronco de aquel árbol nacía una fuente perenne de aguas medicinales”. Fernando Hernández Zumbado, Novena a Nuestra Señora (1782).