Antes llamada Alejandro Casona, fue reinaugurada con el nombre de Teatro Asturias

La sala teatral del Centro Asturiano de Buenos Aires se reinauguró con una velada artística

La sala teatral del Centro Asturiano de Buenos Aires se reinauguró con un concierto de música de jazz, protagonizado por el pianista Ezequiel Pallejá, de la Porteña Jazz Band; Guillermo Riportella (banjo) y Héctor García (tuba).

La sala teatral del Centro Asturiano de Buenos Aires se reinauguró con una velada artística
Reinauguración Teatro Solis 1
Un momento del concierto de reinauguración de la sala.

La sala teatral del Centro Asturiano de Buenos Aires se reinauguró con un concierto de música de jazz, protagonizado por el pianista Ezequiel Pallejá, de la Porteña Jazz Band; Guillermo Riportella (banjo) y Héctor García (tuba).

El espectáculo, que volverá a presentarse los próximos jueves 16 y 23 de octubre, inauguró un ciclo de conciertos, que impulsa María José Poblador, productora teatral y cinematográfica catalana, a cargo del proyecto artístico y cultural de la sala teatral Alejandro Casona, reinaugurada ahora con el nombre de Teatro Asturias.

Durante la presentación del ciclo de conciertos, Poblador señaló que apunta a mantener una identidad marcada del teatro en la que se priorizarán autores y artistas de habla hispana. La productora adelantó asimismo que ya tiene en agenda espectáculos de jazz, tango, música clásica y zarzuela. “El gran objetivo –precisó– es que el ‘Asturias’ se convierta en una usina cultural, donde lo clásico conviva con lo nuevo”.

Por otra parte, explicó que la entidad está llevando adelante un proyecto para reacondicionar la sala, que estaría finalizado, según las previsiones, el próximo mes de enero.

La sala Alejandro Casona, que  fue construida en el año 1929 por los arquitectos Pedro Berisso y Rosendo Martínez, en un estilo neoplateresco libre, fue declarada de interés cultural por la Legislatura porteña en 2013.

El piso móvil de la sala tiene la capacidad de inclinarse hasta 1,20 metros para cambios de escenografía y, cuando se eleva, el lugar se convierte en un salón de baile de 600 metros cuadrados.