Claudio Sánchez Albornoz, socio honorario del Centro Asturiano

El Centro Asturiano de Buenos Aires nombró ‘socio honorario’ de la institución al historiador y político español Claudio Sánchez Albornoz.

Claudio Sánchez Albornoz, socio honorario del Centro Asturiano
Claudio Sánchez Albornoz.

El Centro Asturiano de Buenos Aires nombró ‘socio honorario’ de la institución al historiador y político español Claudio Sánchez Albornoz.
Corrían los años 70 y José Antonio Nespral era vicepresidente primero de la asociación. Durante los preparativos del agasajo, el dirigente relató que le preguntó a quién quería que invitaran al acto, a lo que Sánchez Albornoz respondió que al embajador y al cónsul general de España en Argentina, entre otros.
Desde sus orígenes y hasta aquellos años –apuntó Nespral–,  la institución había defendido los ideales republicanos y, en esa línea, había desistido de utilizar la bandera española en sus actos, lo que planteaba un inconveniente a la hora de invitar a los representantes del cuerpo diplomático.
“Cuando le comenté el tema, él nos dijo: aquí no hay republicano más que yo y yo digo que pongan la bandera. Y como era una personalidad muy respetada en el centro los directivos accedieron”. “Así fue como pusimos la bandera española por primera vez en un acto de la institución –contó– y desde entonces no se sacó más porque al poco tiempo, días, se produjo el golpe militar del 24 de marzo de 1976”.


Claudio Sánchez Albornoz
Claudio Sánchez Albornoz nació el 7 de abril de 1893. Realizó sus estudios universitarios en Madrid, donde se licenció en Filosofía y Letras, con sobresaliente y premio extraordinario, en 1913 y un año más tarde se doctoró.
A los 22 años fue número uno en las oposiciones al Cuerpo Facultativo de Archivos, Bibliotecas y Museos, y a los 25 catedrático numerario de ‘Historia de España’ en las universidades de Barcelona, Valencia, Valladolid y Madrid.
Fue catedrático en la universidad central desde 1920 hasta 1933. Fue decano de la Facultad de Filosofía y Letras en 1931 y rector de la Universidad.
Entre 1931 y 1936 fue diputado por Ávila en las tres legislaturas de las Cortes republicanas, ministro de Estado en 1933, vicepresidente de las Cortes en 1936, consejero de Instrucción Pública y embajador de España en Lisboa. Finalmente, en 1939, por Orden de 29 de julio, fue separado de su cátedra definitivamente a causa de sus ideas republicanas.
Tras la guerra civil comenzó un largo exilio (más de 40 años), primero en Burdeos, Francia, luego en Argentina donde ejerció la docencia en las universidades de Mendoza y Buenos Aires.
En Argentina fundó y dirigió el Instituto de Historia de España.
Fue doctor ‘honoris causa’ por las universidades de Burdeos, Gante, Tubinga, Lima, Buenos Aires, Oviedo, Valladolid, Lisboa y miembro de las principales Academias europeas y americanas.
En el año 1970, la Academia de Lincei le otorgó el gran premio internacional Feltrinelli.
Durante el destierro continuó con su actividad política como presidente del Gobierno Republicano en el exilio (1962-1970).
En abril de 1976 regresó por primera vez a España, donde permaneció durante dos meses, para volver de nuevo a Buenos Aires.
En 1978 fue nombrado ‘hijo adoptivo’ de Asturias. Además, lo designaron primer miembro de honor de la Fundación Príncipe de Asturias y presidente de la Asociación de Amigos de Navarra.
En 1980 recibió la Medalla de Oro de la provincia de Ávila y de la Medalla de Oro de la ciudad de Ávila y, tres años más tarde, la gran Cruz de Carlos III.
En 1984, fue distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y el 28 de junio de ese mismo año, fue nombrado ‘hijo adoptivo’ de la provincia de León.
En julio de 1983 regresó definitivamente a España y se radicó en la ciudad de Ávila donde vivió hasta su muerte, ocurrida el 8 de julio de 1984.