El senador fue asesinado en 1984 cuando “ya existía la democracia en este país”

La viuda del emigrante andaluz Enrique Casas critica la falta de respaldo de Pablo Iglesias a las víctimas de ETA

Barbara Dührkop, viuda del senador socialista Enrique Casas, asesinado por ETA el 23 de febrero de 1984, critica al líder de Podemos, Pablo Iglesias, por su falta de respaldo y consideración a “los que sufrimos el horror de ETA” y, en alusión a las declaraciones de éste tras la excarcelación del Arnaldo Otegi, le pregunta: “¿A qué conflicto político se refiere?” “¿Usted cree que el asesinato de mi marido, el emigrante socialista andaluz, se justifica porque fueron otros tiempos?”.

La viuda del emigrante andaluz Enrique Casas critica la falta de respaldo de Pablo Iglesias a las víctimas de ETA

Barbara Dührkop, viuda del senador socialista Enrique Casas, asesinado por ETA el 23 de febrero de 1984, critica al líder de Podemos, Pablo Iglesias, por su falta de respaldo y consideración a “los que sufrimos el horror de ETA” y, en alusión a las declaraciones de éste tras la excarcelación del Arnaldo Otegi, le pregunta: “¿A qué conflicto político se refiere?” “¿Usted cree que el asesinato de mi marido, el emigrante socialista andaluz, se justifica porque fueron otros tiempos?”.

Dührkop, exdiputada del Parlamento Europeo, publicó una carta en ‘El País’ el pasado sábado 12 de marzo, en la que recuerda que su esposo, de origen andaluz y catalán, y emigrante en Alemania durante los años 60, regresó a España en 1973 y que, en la clandestinidad, se afilió “al partido de Felipe González”. Los motivos que le llevaron a ello fueron, según explica, que Casas, quien fue elegido senador por la Comunidad Autónoma Vasca en 1982, “había conocido la socialdemocracia alemana y eso era lo que quería para su país”, asegura.

El senador se definía a sí mismo como “andaluz de nacimiento, emigrante de necesidad y vasco por elección” y, según su esposa, “fue víctima del totalitarismo de ETA por el solo hecho de no comulgar con las ideas del nacionalismo exacerbado”.

Como víctima de la actuación de la banda armada, Dührkop dice echar “de menos” en las “intervenciones” de Iglesias, “tan elocuentes y trufadas de referencias al pasado, alguna mención a estas páginas tan negras de la historia de Euskadi y de España”, dice, y añade: “Puede ser que mi hemeroteca falle, pero no le he oído claramente respaldar ni considerar a los que sufrimos aquel horror”.

En este contexto, aclara que lleva casi cuarenta años viviendo en el País Vasco y que, tras el asesinato de su esposo, tuvo que llevar escolta durante 12 años “por el mero hecho de ser socialista amenazada por ETA”.

Pese a reconocer que comparte “algunos puntos del programa” del partido de Pablo Iglesias, asegura que le ha dolido la vuelta “al viejo lenguaje de preso político” utilizado por el líder de Podemos. Es por ello que le aclara cuáles son, a su juicio, “los verdaderos presos políticos” que existen en España: “Todos a los cuales el dedo de su ‘hombre de paz’ señalaba, mandándoles a la paz eterna. Y, por ende, a sus familiares a la cárcel del día a día de toda su vida: la cárcel de la ausencia”, apostilla .

Dührkop finaliza su carta asegurando que pertenece a la generación del 68 y que residió en París y Alemania, donde aprendió que “el futuro no pasa por despreciar e ignorar el pasado, ni por intentar humillar al adversario político”, sino “por buscar puntos en común”.

“Creo, sinceramente, que reconocer los hechos del pasado sin rencor es reconocer que nuestro presente ya es el futuro y que eso debe ser la base para el entendimiento”, concluye.